La importancia del ecosistema manglar, como el de la Ciénaga de Mallorquín, desde el punto de vista biológico radica en que protege a gran cantidad de organismos en sus troncos, entre sus raíces o en el fango, tales como bacterias y hongos, que intervienen en la descomposición e incluso transforman materiales tóxicos en azufre o sulfuro, purificando el agua que llega al mar.